El amor como una fuerza transformadora

Manifestaciones y significados del amor.

Todo lo que sabemos del amor es que el amor es todo lo que hay.

< Emily Dickinson>

Imagen conceptual sobre el amor

Imagen conceptual del amor – relación a distancia.

Fuente: Pixabay.

En «El amor como una fuerza transformadora,» se explora cómo el amor tiene el poder de cambiar profundamente nuestras vidas y la sociedad. El ensayo analiza cómo el amor no solo enriquece las relaciones personales, sino que también impulsa cambios positivos en la comunidad y el mundo en general.

Realizado por: Luis Hernández.

Bogotá: 23/07/2024.

Revisión y actualización: 06/08/2024.

Sin lugar a dudas, el amor ha sido una de las fuerzas más asombrosas y misteriosas que desde tiempos de antaño se ha intentado definir su función, aplicados a la existencia misma de la humanidad. Su naturaleza sigue siendo un enigma, pues en respuestas simples, apelamos al sentido estricto de su significado inmediato. Los teóricos afirman que no es otra cosa más que una emoción resultante por los diferentes estímulos químicos y eléctricos que ocurren al interior de nuestro cerebro, y otros de forma más poética y no tan rigurosa dirían que es una fuerza inexplicable que opera de diversas formas, presentándolo como la conexión de almas o la simple manifestación de una conexión pura y primordial que siempre ha existido.

Para dar un desarrollo necesario a este tema quizás es necesario reconocer que existen diferentes formas de amor. La primera en cuestión: nos remitimos al enfoque de bienestar psicológico y físico; es decir que, cuando nos referimos al concepto del amor en realidad estamos hablando de la hormona llamada oxitocina muchas veces conocida como “la hormona del amor”, la cual está asociada el estímulo creado en el hipotálamo que eventualmente circula a través de nuestro sistema nervioso central. En palabras simples genera un estímulo de placer que se asocia generalmente al individuo que experimenta relaciones sociales, de índole parental, sexual o personal.

La segunda forma de manifestación del amor, es de índole emocional dentro de nuestro círculo social inmediato, por lo tanto, podemos desarrollar conexiones y lazos emocionales en cualquier comunidad. Al surgir desde un enfoque emocional, estas conexiones se refuerzan o se bloquean dependiendo de las experiencias pasadas, séase en la etapa de la infancia o adultez. En consecuencia, nuestros vínculos familiares, románticos y amistosos, son tejidos sociales que surgen en respuesta al bienestar psicológico y físico, gracias a nuestra capacidad de empatizar con otros ante determinadas situaciones. Ser vulnerables ante otros, nos permite crear ese vínculo de bienestar.

La tercera y no menos importante: el amor como una fuerza de transformación. Mediante la literatura y con especial atención a la filosofía, vemos que el amor en muchas ocasiones ha sido presentado como una fuerza elemental y misteriosa que puede llevar a las personas a lograr hazañas y proezas, dicho de otro modo, se crean marcos de transigencia a nivel de compresión y crecimiento personal, para lograr mejores versiones de nosotros mismos tanto a nivel físico como espiritual.

Lo anteriormente expuesto sobre el amor, nos permite tener una aproximación a la interpretación del concepto “amor” bajo tres perspectivas funcionales. La perspectiva filosófica; la perspectiva psicológica y la perspectiva sociocultural.

Referentes conceptuales: 

Si bien es cierto que el concepto del amor ha sido desarrollado por muchos filósofos, es Platón uno de los referentes inmediatos, y quien define las bases de este. En la antigua Grecia se definieron tres conceptos diferenciales para limitar el entendimiento del amor. <Agape>, se definía como el compromiso altruista, es decir, este tipo o forma de amor en la libertad, y su finalidad es la de ser amado, pero no puede compararse con un amor incondicional. <Filial> es el que conocemos por la conexión o vínculo creado entre los familiares, conocidos o amigos. Por último, tenemos la categoría <Eros>, el cual se define por la relación sentimental que se desarrolla en el ámbito amoroso, es decir, el que se crea entre parejas, para Platón este va más allá del romanticismo inmediato. (Equipo editorial, Etecé, 2022)

La principal idea de Platón se refuerza en que el amor en sí, se podría considerar como un trance de muchas emociones y de una aparente locura que va más allá del razonamiento y qué, para él esa “locura divina” solo tiene como finalidad la transcendencia, hacia lo eterno y lo primordial enfocado al conocimiento y la felicidad. Es por ello que muchas veces se tergiversa la frase “amor platónico”, a pesar de que en nuestra sociedad la primera interpretación se da principalmente por idealizar a la persona reconociendo sus defectos y virtudes. Y así, generando sensaciones de insuficiencia ante una relación no correspondida, Mientras que para Platón el amor es desprovisto de cualquier defecto y belleza física, pues está más vinculado al intelecto. (Camila Gallego, 2019)

Posteriormente, otro momento histórico de gran importancia fue el romanticismo del siglo XIX durante su auge, pero su comienzo remonta a finales del siglo XVIII. Este estuvo caracterizado por la expresión de las emociones, guiadas por el amor romántico que se presentaba como una fuerza imparable, y su función no era otra que, llevar al individuo a experiencias sublimes y con su corte espiritual y emocional, canalizados en el arte, la literatura y la filosofía reconocieron que el amor, no solo podía ser considerado una emoción, sino que este era capaz de trascender a cualquier experiencia terrenal.

Así pues, el amor logra transcender a lo mundano y lo finito, comprendiendo que esto respondía un intento o una búsqueda de conectar con lo absoluto y eterno, en un esfuerzo real para que el hombre pudiera encontrarse con su origen mismo hallando esa complementariedad con el universo, reconociendo al amor en su forma más diáfana y de verdad absoluta, sin embargo, la idealización del amor infortunadamente generaba tragedias y grandes penas, puesto que la concepción del amor perfecto en esencia era algo inalcanzable. (El Amor Imposible En El Romanticismo, n.d.)

Otro referente por antonomasia es: Erich Fromm, por su parte, intenta presentar la diferenciación del amor en varias categorías, en su obra: “El arte de amar” se observa una visión profunda del amor, argumentando que el amor va más allá del hecho inmediato, como el de asociarlo a una emoción en cuestión, más bien debería considerarse un arte que requiere esfuerzo para desarrollar mejores relaciones afectivas en cualquiera de sus categorías, así pues, bajo ningún pretexto pueden ser comparados entre sí. Los tipos de amor que el autor presenta son de índole: fraternal, maternal, erótico, y el amor a dios.

Así pues, es necesario identificar determinadas características esenciales que surgen del amor maduro. Desde su visión humanista, Fromm reconoce la importancia significativa de construir, y continuar en una búsqueda de constante perfeccionamiento, como cualquier otro tipo de arte con base a la práctica constante, y de esta manera no se le asignaría una función pasiva al amor, (Hernández, 2018).

Reconocimiento y aplicación : 

Ahora bien, la otra perspectiva psicológica y fundamental, es sí, en efecto podemos vincular este concepto al estado emocional de cualquier individuo o deberíamos racionalizarlo de otra manera. Según Helen Fisher Antropóloga de la universidad de Rutgers; básicamente responde más a una respuesta fisiológica, pues en esencia, importantes zonas cerebrales se activan en procura a la recompensa, zonas como el hipotálamo o el hipocampo se activan y en simultaneidad se desactivan otras áreas como la amígdala o el córtex frontal según expertos reduciendo la aparición de emociones negativas, (National Geographic, 2017).

Otro académico que ha realizado significativos estudios en este campo es el psicólogo Robert Sternberg, profesor de la universidad de Yale, presenta la teoría triangular del amor. Para explicar esto de manera simple imaginémonos un triángulo equilátero, para los que no sepan cuál es este triángulo, es el resultado de la unión de sus tres lados y sus tres ángulos son regulares, es decir, sus lados son exactamente iguales.

Dicho esto, en cada vértice hay tres cualidades del amor que el profesor Sternberg, dice que al integrarse el resultado es la manifestación del amor en cualquier relación amorosa. Las cualidades son: intimidad, pasión y compromiso. Con esta correlación triangular se presenta una explicación a este tema tan complejo como es el amor, pues se entiende que cada relación es totalmente diferente a otra. Un ejemplo claro sería que para las relaciones que recién comienzan, la pasión está por encima de las otras dos cualidades, así, eventualmente habrá interacciones entre las otras buscando un equilibrio entre ellas.

(«la Teoría Triangular del Amor de Sternberg», 2016)

En cuanto a su función social, las diferentes prácticas amorosas entre las personas en su individualidad, responden en primera medida, a factores culturales, étnicos y junto a experiencias y principalmente a las identidades de género, vemos como se constituyen las diferentes percepciones del amor, estás están sujetas también a la influencia directa o indirecta por los medios de comunicación, los cuales pueden generar un impacto en la sociedad. El profesor Malenka de la universidad de Stanford afirma que la recompensa de un amor social puede ser el surgimiento de una relación, como cuando te encuentras con un viejo amigo o una persona que amas y ese baño de oxitocina resulta beneficioso para las interacciones sociales, (National Geographic, 2017).

Acabaré diciendo que, sin lugar a dudas, para aquellos que hemos sido amados, o pudimos dar amor a otros de manera incondicional y desinteresada independiente al vínculo que exista, esa energía que no podemos definir claramente, sino sentirla, muchas veces no es correspondida, séase por idealizarla y que de manera casi trágica genera dolor ante la eventual ruptura o perdida. Así, solo nos queda amar sin miedos, sin condiciones y que, si por las razones que fueran, el sentimiento no pudiera ser recíproco, entonces que la esperanza de volver a sentir esa energía nos libere del dolor y pueda brindarnos alguna especie de salvación, y solo de esta manera un tanto anecdótica sea también la solución a muchos problemas que existen en nuestra sociedad.

A modo de paréntesis. De manera infortunada en la internet se ha viralizado una carta que aparentemente se le atribuye al célebre científico Albert Einstein para su hija Leiserl Eisntein. Dicho documento no cuenta con la autenticidad, de la que sí consta un repertorio de más de 1000 cartas y documentos que donó su hija a la universidad de hebrea de Jerusalén. Esto independiente a su autor, en este texto está consignado uno de los mensajes que a mi parecer puedan dar luz a lo que entendemos hoy por hoy sobre el amor.

(Los Archivos De Einstein No Contienen Una Carta Sobre La “Fuerza Universal Del Amor,” 2020)

Me permito citar de manera literal un fragmento de este, y a su vez, también comparto un fragmento del diálogo que se ve en la película Interestelar, dirigida por Christopher Nolan e interpretada por Matthew McConaughey (Joseph Cooper) y Anne Hathaway (Amelia Brand).     

Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el amor. (Dixon, 2015)

“El amor es la única cosa que podemos percibir y que trasciende dimensiones de tiempo y espacio. Tal vez hay que confiar en eso, aunque no podamos entenderlo aún”. Rigaud (2016).

Película Interstellar; Anne Hathaway (Amelia Brand)        

Referencias bibliográficas.