Más Allá de lo Humano: Implicaciones Sociales del Transhumanismo

La Promesa y el Riesgo de la Mejora Humana mediante la Tecnología.

No hay nada más humano que el deseo de no ser humano

<Mark O’Connell>

Imagen conceptual - reinterpretación de la creación de Adán

Reintepretación creación de Adán.

Fuente: Pixabay.

Realizado por: Luis Hernández.

Bogotá: 12/12/2023.

Revisión y actualización: 01/08/2024.

Explora las consecuencias sociales del transhumanismo, en su búsqueda mejorar las capacidades humanas a través de la tecnología. Se analizan las posibles ventajas, como la longevidad y la mejora cognitiva, así como los desafíos éticos y sociales, reconociendo sus límites e implicaciones.

¿Qué nos hace humanos? Y, sobre todo, ¿Cuál sería el límite de esta categorización? Estas preguntas existenciales, quizás por su planteamiento, han llevado a la humanidad a cuestionar nuestro rol temporal en este plano existencial inmediato, es decir, confrontar el hecho de lo que somos en sí y lo que podríamos ser. En primera medida, nuestra imaginación nos ha permitido considerar mejoras humanas que superen drásticamente a las capacidades ya establecidas por causalidades como la disposición genética, complexión física, etc.

En la antigua Grecia se desarrolló un concepto teórico en el campo de la metafísica en la obra de Aristóteles, con especial énfasis en el libro IX, donde presenta su doctrina de pensamiento: el acto y la potencia. En esta se establece la proyección de dos estados en la realidad – lo que es, y lo posible -, por lo tanto, existen las condiciones necesarias para que, a través de la posibilidad, pueda darse una mejora, siendo esta la potencia.

Así pues, el término de potencia o potencialidad, sería la capacidad para desarrollarse o actualizarse de una forma particular o específica. Un ejemplo claro de esto sería la semilla del árbol, el acto y el árbol desarrollado, respectivamente la potencia, (Webdianoia, s. f.).

Ahora bien, en términos objetivos, podríamos inferir que el ser humano tendría el potencial de rebasar sus limitaciones humanas buscando una mejora o perfeccionamiento, reconociendo que en el acto hay situaciones donde nuestras capacidades físicas o fisiológicas nos impiden realizar determinadas acciones. Y así, confrontar el límite de nuestra fisiología. Es decir, que infortunadamente no hay diferencias inmediatas en situaciones donde la persona sea completamente funcional o con alguna discapacidad física o cognitiva. 

Por ende, es importante mencionar que si bien en ambos casos es válida la discusión sobre quienes son merecedores de estas mejoras, infortunadamente la línea es casi indivisible. El debate surge en aras de intentar reconocer el beneficio de esto, aplicando mejoras tecnológicas a personas que no lo necesiten, y, en especial, reconociendo que su beneficio debería estar enfocado para aquellas que se encuentren en condiciones de minusvalía, entendiendo que esto responde a otro tipo de circunstancias que están condicionadas por factores como el de un “estatus social” o “socioeconómicos”, (Serra, 2022).

La conexión con la filosofía y en otras ramas de ella, como es la ética, nos permite comprender los orígenes mismos del significado de la palabra; transhumanismo. Este término surge como un movimiento cultural e intelectual, cuya finalidad no es otra que, el de brindar un bienestar al ser humano mediante las mejoras fisiológicas de nuestra anatomía, a través de las convergencias tecnológicas junto con el avance científico.

Contexto histórico: 

El transhumanismo como idea conceptual se remonta a la década de los años veinte del siglo pasado con propuestas presentadas por el genetista J. Aldane. En su ensayo: Daédalus and the science and future. En esta obra el autor abarca temas relacionados con la evolución humana, en el campo del transhumanismo, y la ectogénesis. Su escepticismo es notorio, pues, considera que: el avance tecnológico superará al progreso de la ética, por lo tanto, este escenario solo traería dolor a la humanidad en vez de brindar un beneficio inmediato (JBS Haldane – Daedalus, or, Science and the Future, s. f.).

Eventualmente, en los años posteriores se darían profundos debates morales y éticos sobre la consideración de una mejora humana independiente a su función o beneficio. Esto permitiría afianzar los conceptos existentes que tomarían mayor fuerza en las décadas de los años sesenta y ochenta, para ese entonces se perfila una confluencia en ideas conceptuales por estar vinculadas a la ciencia ficción o el Ciberpunk.

La imaginación ante la posibilidad de integrar la tecnología con las ciencias de la salud, permitieron un planteamiento lleno, de especulaciones y proyecciones futuristas. Escritores como es el caso de: H. Moravec; R. Kurzwell y por último y no menos importante R. Ettinger quien aportaría sustancialmente al desarrollo del movimiento del transhumanismo en su obra: Man into Superman.

Otras figuras notables son A. Clarke y I. Asimov, quienes son considerados los padres de la ciencia ficción en el campo de la literatura. Y por la parte de las artes gráficas tenemos al cineasta y director S. Kubrick, entre otros. Dejando aún lado las referencias ya mencionadas tenemos una obra cumbre presentada en el año 1989 por el mangaka Masamune Shirow, con su obra Ghost in the Shell, en ella vemos un escenario distópico el cual se desarrolla en el año 2029.

En esta obra se ve al detalle el resultado de una sociedad con un sinfín de problemáticas producto de un avance tecnológico considerable, en este universo ficcional se evidencia errores en la seguridad informática. Impulsados por un avance acelerado, permite a la sociedad cambiar parcial o totalmente partes de su cuerpo, mejorando ampliamente sus sentidos. Quizás el personaje más llamativo de la obra sea Motoko Kusanagi quien es un cíborg casi en totalidad, exceptuando su cerebro y su médula espinal, los cuales siguen siendo orgánicos y así logrando mantener su consciencia”. (Café Kyoto, 2021) – Canal de Youtube.

Marco de contingencia e implicaciones sociales:

Ahora bien, que estaría permitido y que sería lo cuestionable en la sociedad ante los hechos que ya son constatables como la creación e implementación de órganos artificiales, la implantación de extensiones como antenas, sensores, chips. Hasta qué punto ético estaría mal considerar llegar a al siguiente nivel, como es el caso de la poshumanidad si de manera parcial o total estaríamos abandonando nuestra esencia como seres biológicamente constituidos.

Bajo la premisa – Se busca la mejora constante del ser humano siendo en sí la finalidad-, entonces las preguntas qué deberíamos plantearnos serían: ¿estaría todo permitido?, ¿quiénes podrían llegar a ser candidatos para obtener estas mejoras?, ¿cuán preparados estamos ante los cambios de los gobiernos en materia de normativas y leyes? Y por última y no menos importante: ¿hasta qué grado la bioética médica y filosófica debería establecer un marco de transigencia?

En términos de ética, la filosofía aporta diferentes enfoques para evaluar las implicaciones morales del transhumanismo. Algunos filósofos argumentan que el beneficio tecnológico puede mejorar la vida humana y promover valores como la felicidad y el bienestar. Otros plantean preocupaciones éticas, como la desigualdad socioeconómica, la pérdida de la igualdad de oportunidades o la degradación de la condición humana al perder aspectos esenciales de nuestra naturaleza.

La relación entre la filosofía y el transhumanismo es compleja y multidimensional. El transhumanismo es un movimiento intelectual y cultural que aboga por el uso de la tecnología y la ciencia para mejorar la condición humana, superando las limitaciones físicas y cognitivas de nuestra especie. La filosofía, por otro lado, es una disciplina que se ocupa de la reflexión crítica sobre preguntas fundamentales relacionadas con el conocimiento, la existencia, los valores y la ética, etc., (Villaroel, 2021).

Así pues, la filosofía desempeña un papel importante en el transhumanismo al proporcionar un marco teórico para analizar y debatir los conceptos y las implicaciones éticas de las mejoras tecnológicas propuestas. Los filósofos se han involucrado en debates sobre temas como la naturaleza de la identidad personal, la autonomía, la libertad, la justicia y los límites éticos de la modificación humana (Alegría, 2017).

Por último, la filosofía y el transhumanismo están estrechamente relacionados, ya que la filosofía proporciona los fundamentos conceptuales y éticos para reflexionar sobre las implicaciones del transhumanismo. La discusión filosófica es crucial para abordar los desafíos éticos, sociales y culturales planteados por las mejoras tecnológicas propuestas por el transhumanismo.

Además, la filosofía también se ocupa de cuestiones epistémicas y ontológicas relacionadas con el transhumanismo, creando ramas especializadas como la bioética. Por ejemplo, se discute si las mejoras tecnológicas podrían alterar nuestra forma de conocer y comprender todo lo que nos rodea, e inclusive llegando al grado de no poder sentir y percibir nuestra realidad tal y como es. Una consideración de esencia humana, con una curiosidad sin límites, tendría implicaciones que dan espacios al error, y lo más aterrador, creando posibles escenarios trágicos y con serias consecuencias.

Referencias bibliográficas.