Las Huellas del Tiempo: Memorias de la Humanidad y sus Registros

Un breve repaso de la humanidad.

La humanidad empezará verdaderamente a merecer su nombre el día en que haya cesado la explotación del hombre por el hombre.

< Julio Cortázar>

Humanidad - nuestras memorias

Busto de Siddharta Guatama – Buda.

Fuente: Pixabay.

Explora cómo los registros históricos y culturales preservan la memoria colectiva, reflejando la evolución de la humanidad y sus valores a lo largo del tiempo.

Realizado por: Luis Hernández.

Bogotá: 19/08/2023.

Revisión y actualización: 06/08/2024.

Desde los albores de la civilización, la humanidad ha encontrado formas de preservar sus recuerdos, su historia y su conocimiento para las generaciones futuras. Estas memorias, a menudo encapsuladas en arte, literatura, tradiciones orales y escritas, nos conectan con nuestro pasado y dan forma a nuestro presente, y, de manera nostálgica vemos una necesidad que nos ha caracterizado a los seres humanos, en especial, por la forma en que nos comunicamos y expresamos nuestros pensamientos e ideas. Gracias a esa necesidad hemos podido conocer muchos logros, historias y conocimientos acumulados a lo largo de la historia por nuestros ancestros.

Quizás una de las primeras formas de comunicación haya sido la pictográfica, su función estuvo orientada a la representación de formas, dibujos y tallados en piedra. Uno de los más emblemáticos son los descubiertos en las cuevas de Altamira en España, donde se estima que su periodo corresponde al paleolítico, es decir comprendido entre los años 35.000 y 11000 a.C. Otros ejemplos, serían los vistos en las tablillas encontradas en Irak y que hicieron parte de la cultura mesopotámica para el periodo neolítico datada en los años 3500 a.C. Respectivamente (BBC News Mundo, 2020).

Independiente a la técnica que se utilizara para ese entonces, se evidencian dos ejes complementarios en sí. El primero responde a la curiosidad y el ingenio humano de comunicar ideas complejas, y el segundo respectivamente, por los intentos de aprendizaje que, posteriormente se verían con las formas ágrafas e intricados sistemas de símbolos que darían lugar a una forma de lengua más compleja donde se define un marco de normativas tanto lingüísticas, como fonéticas. Un ejemplo claro de esto es la conocida lengua sumeria y su sistema de escritura cuneiforme.

(UNESCO World Heritage Centre, n.d.).

Recorrido histórico y la técnica de conservación de los conocimientos: 

Otro aspecto relevante es el de la preservación en materia de tradiciones y costumbres por parte de las diferentes civilizaciones, con especial atención en las antiguas. Y es que su intento por mantener diferentes conocimientos ancestrales, técnicas de trabajo, junto con diversas enseñanzas durante los siglos venideros, su función ha sido casi como de “guardianes del conocimiento”. Pues cada generación se encarga de proteger y mantener en vigencia dichos saberes, como el de su cultura, identidades, e inclusive sus lenguas nativas.

Gracias a la escritura la humanidad tuvo un progreso considerable, pues no solo estaban condicionados a la comunicación oral, sino que existiría el complemento para desarrollar diversos sistemas escritos haciendo uso de técnicas como la elaboración de tablillas en arcilla e inclusive la fabricación del papiro, ambas comparten una proximidad geográfica particular, por estar en lo que en la actualidad conocemos como Irán y Egipto respectivamente, pero en diferentes momentos históricos.

Si bien es cierto que, de las primeras civilizaciones que se tienen registros constatables de escritura sean de los sumerios y el humano primitivo. La realidad es que de los más representativos por su aplicación en obras literarias y filosóficas fue la de Grecia en su periodo antiguo, y con especial referencia a las obras ya conocidas: la “Odisea” y la “Ilíada” por su autor Homero, y siendo ambos poemas épicos (Equipo editorial, 2024).

Con la llegada de la edad media, los monasterios cristianos y la iglesia, en general, gozaban de un estatus y poder considerable en la sociedad por ese entonces. Pues eran ellos los que tenían el control del conocimiento, si bien es cierto que las técnicas para replicar obras no eran las más eficaces. Los monjes trabajaban con diligencia buscando responder a las necesidades del momento, en especial por mantener el control del conocimiento científico y general.

Ahora bien, quizás uno de los momentos de mayor trascendencia histórica no fue otro que el de la invención de la imprenta por parte de Johannes Gutenberg durante el siglo XV. Este hecho redefinió la inmediatez para producir libros, por la producción en masas y con un mayor impacto para los diferentes públicos sin importar su estatus social, al poder acceder a este material, por lo que eventualmente Europa tendría un progreso considerable en diversos campos del conocimiento (Luzón, 2021).

En siglos ulteriores, los avances tecnológicos presumirían un cambio de paradigma total, pues ya no solo estaría la mirada de la humanidad a través de nuestros sentidos, sino que podríamos ser capaces de capturar momentos que perduren en el tiempo. Esto, gracias a la invención de la fotografía en el siglo XIX. Un hecho extraordinario, y algo que antes, dadas las circunstancias y la tecnología, nos parecería descabellado. Eventualmente, aparecería la televisión, el cine, la radio y así nuestras experiencias perceptivas cambiarían de manera significativa.

Conforme el progreso tecnológico continuó, la forma en que consultamos cualquier información es casi inmediata. Sobre todo, la comunicación sin lugar a dudas ha cambiado de una forma increíble, ahora la humanidad puede reaccionar, compartir emociones y pensamientos a través de las redes sociales y nuestro círculo social inmediato. Con la invención de la internet a comienzos del milenio permitió un sinfín de oportunidades en lo que conocemos como la actual convergencia tecnológica.

Si bien es cierto que como humanidad nacimos en el mismo espacio al cual llamamos tierra, desde los primeros rastros de la existencia humana ha dejado su huella en la historia. Hechos constatables como el desarrollo del lenguaje y la creación de herramientas, hasta los avances científicos y tecnológicos más recientes. A lo largo de la historia, hemos sido testigos de grandes civilizaciones, imperios, descubrimientos científicos, exploraciones, guerras, revoluciones, avances en la medicina, logros culturales y artísticos, entre muchos otros eventos.

A modo de paréntesis, para el año 1977 la NASA, junto a científicos emblemáticos y liderados por Carl Sagan, enviarían al espacio dos sondas espaciales del proyecto Voyager I y II. Estas sondas buscarían un posible contacto con alguna civilización extraterrestre enviándolas a los confines del espacio y lo más interesante es la anexión de dos discos de oro, en donde nos presentamos como humanidad, y relacionando sonidos como el nacimiento de un bebé, sonidos de la naturaleza, etc.

 

(El Disco De Oro: Los Sonidos De La Tierra | Obsequios De Las Naciones Unidas, n.d.)

Reflexión: 

Actualmente, enfrentamos desafíos en cuanto a la preservación de nuestras memorias. La obsolescencia de los formatos de almacenamiento y la fragilidad de los materiales pueden poner en peligro la información almacenada. Además, la selección y curación de qué memorias se preservan y cuáles se descartan presume ser un proceso muy complejo y en muchas veces controvertido.

A medida que avanzamos hacia el futuro, es importante recordar la importancia de preservar nuestras memorias e historia. Esos recuerdos nos conectan con el pasado, y nos ayudan a comprender el presente como guía hacia el futuro. Al conservar estos registros y memorias, estamos creando un legado para las generaciones futuras, permitiéndoles reconocer experiencias pasadas y construir sobre ellas. En especial, por comprender la razón de los fallos y aciertos.

Por ende, preservar nuestros recuerdos como raza humana es vital, ya que nos permite aprender del pasado, abrazar el presente, para así darle forma al futuro. A lo largo de la historia, la consulta a estas memorias puede servir de guía para las generaciones venideras, permitiéndonos progresar como sociedad y especie. Admitir ese innegable hecho que nos hace humanos. Quizás esta sea la forma para que en algún momento logremos reconocer nuestro lugar en el universo, y de esta manera, nos permita aceptar el pasado.

Referencias bibliográficas.